19-05-2017.-
He aquí una nueva transmisión sobre “El Plan Divino”. En
esta oportunidad ampliaremos y aclararemos conceptos esotéricos sobre EL
ESQUEMA DE EVOLUCIÓN TERRESTRE. Estas aclaraciones podrán servir,
especialmente, a los estudiantes que hayan estudiado el tema de los planes de
evolución planetarios, las cadenas, las rondas o revoluciones, los ciclos
raciales, etc., pero también podrán despertar el interés en estudiantes que
recién se inician en el camino de la Teosofía.
El enfoque esotérico de la evolución es “la base” y debe
estar firme en la mente, pero ello no basta por sí mismo para comprender cabalmente
la evolución de la Tierra. Decimos esto porque corrientemente los estudiantes
de metafísica y teosofía, después de estudiar los conceptos clásicos de
“cadenas”, “globos”, “rondas”, etc., creen entender todo, pero solo entienden
la teoría en forma de pensamiento abstracto y simbólico, y cuando deben
comparar sus teorías esotéricas con lo que la ciencia empírica ha descubierto,
no pueden hacerlo…
Existe en tales estudiantes una brecha que separa a la
teoría esotérica de la ciencia; brecha que debe cerrarse aunando esoterismo y
ciencia, y a ello contribuirá este corto mensaje instructivo.
En esoterismo teosófico se afirma que un “esquema” o
“plan” de evolución planetario es proyectado por un Espíritu Planetario o
“Logos”. La esencia espiritual del Logos debe cumplir 7 “encarnaciones
logoicas” (que son 7 cadenas de globos,
como entenderá el estudioso). En las primeras de esas 7 encarnaciones logoicas,
el Espíritu Planetario se sumerge cada
vez más en la densidad de la Materia, y cuando logra la mayor densidad material,
el plan consiste en ir saliendo de la densidad a través de un mecanismo de ‘sutilización
energética’, lo cual ha sido entendido como “elevación vibracional” o “ASCENSIÓN PLANETARIA”.
Diremos,
para ser más precisos, que el Logos emplea 3 encarnaciones (3 Cadenas) en
descender hacia la Materia, hasta llegar al más denso estado físico (estado
sólido) en la mitad de la 4° encarnación logoica (4° Cadena). A partir de ese
punto medio comienza el ascenso, “la ascensión”, la cual ocupará desde la
segunda mitad de la 4° Cadena hasta el final de la 7° Cadena planetaria.
Durante esta segunda mitad correspondiente a la ascensión
del Logos, éste irá encarnando en cada Período en un planeta cada vez más sutil
hasta alcanzar la esencia de su Vida Divina espiritual. En síntesis se diría
que: el Logos comienza el gran viaje de
su Plan Evolutivo en la Vida Divina de Su Ser y, después de un recorrido
experiencial de descenso y ascenso, regresa a Su Esencia Divina, pero en su
regreso vuelve cargado de “tesoros de autoconsciencia”, lo cual lo catapultará
a una gran Iniciación Logoica Planetaria, en espera de un nuevo plan evolutivo
superior al precedente.
La imagen de una espiral en el espacio podrá dar una idea
de cómo suceden estos procesos de descenso (o ciclo involutivo) y de ascenso (o
ciclo evolutivo) de los Espíritus Planetarios. (Ver estos conceptos en el BREVIARIO, de
esta escuela).
Esta ha sido una muy breve reseña de la teoría esotérica
de la evolución de la Vida Divina a través de una serie de planetas. Cada Logos
construye sus propios cuerpos de manifestación o ‘planetas’. Esto ocurre en
todos los planetas, pero ahora nos estaremos centrando en el esquema evolutivo
de la Tierra. Urantia, como se ha denominado al Logos de este planeta-escuela
en su 4° encarnación (o 4° período catenario) ha apenas superado hace algún
tiempo (en la época atlante) el punto más denso de su materialidad, es decir,
el punto más “bajo” de vibración al cual podría acceder en su actual plan
evolutivo logoico; y ahora está en franco ascenso, es decir, en escalada
vibratoria hacia la Vida Divina. (Esto es mucho más complejo que lo dicho, pero
con lo explicado bastará como bosquejo para la finalidad de esta instrucción).
Pero… ¿Cómo llegó el Logos, que era Espíritu Puro, a este
planeta tan material que denomináis “Tierra”…?
En primer lugar hay que entender que un
Espíritu Planetario es, en esencia, ESPÍRITU del Fuego Solar Central.
Los planetas de vuestro Sistema Solar (Sistema de Ors o Monmatia) se formaron por desprendimientos de la masa
incandescente del sol. Esto ya fue explicado en esta escuela… Esas enormes
llamaradas solares salieron como bólidos gigantescos desde el interior del sol hace
miles de millones de años. Los desprendimientos del sol fueron producidos por acontecimientos
magnéticos astronómicos. Cada una de esas llamaradas solares son “Hijos del
Sol” y conforman, esotéricamente, los chakras cósmicos del sistema solar. Cada
uno de los chakras del sistema solar es un Ser o Espíritu Planetario
(convertido en planeta) cumpliendo un proceso evolutivo propio dentro del Esquema Mayor del Sistema Solar. Por lo
tanto, Urantia, es uno de los centros magnéticos del sistema solar. Cada chakra
del sistema solar tiene su propio esquema o plan, como se vio, y estos chakras
cósmicos están en puntos diferentes de sus procesos evolutivos. El planeta
Venus, por ejemplo, está más adelantado en su plan evolutivo, que el de la
Tierra. Ambos planetas se relacionan y vinculan entre sí, pero tienen ciclos
independientes y particulares. Todos los planetas del sistema solar se
interrelacionan entre sí y con el sol, pero tienen a la vez esquemas de
evolución independientes, estando algunos más adelantados respecto de otros.
Así mismo ocurre con los chakras del ser
humano, en quien cada centro se relaciona energéticamente con los demás para el
funcionamiento armónico de todo el organismo energético humano, pero cada
centro de energía posee su propia función particular dentro del esquema general
y mayor.
Ahora bien; después del desprendimiento de los gases ígneos
del sol, cada Espíritu Solar tomó una órbita con respecto al sol y el lugar en
esas órbitas se relaciona al tiempo del nacimiento del Espíritu Planetario, ya
que no todas las llamaradas sucedieron en el mismo momento cósmico.
Observemos un momento el proceso del Logos Terrestre
desde el inicio de su plan. La 1° y 2° encarnación (o Cadenas) del Logos
Planetario eran aún pura luz y gases solares etéreos. En esas dos primeras
etapas el Logos fue bajando en vibración lentamente por el arco descendente.
Bajar en vibración significa enfriarse y densificarse, pero este proceso fue
ocurriendo muy lentamente, ocupando miles de millones de años. Estas dos
primeras encarnaciones logoicas sucedieron en planetas que serían invisibles
para la vista física del ser humano actual. En la 3° encarnación logoica, aún
descendiendo hacia la materia física, los gases incandescentes comenzaron a
solidificarse cada vez más, y es recién en la 4° encarnación logoica en la cual
aparece “EL PLANETA FÍSICO”, conocido hoy como “la Tierra”. En lenguaje esotérico se conoce al actual planeta
Tierra como el “Globo D”.
La ciencia humana solo considera la fase material de la
vida, ignorando aún las fases más sutiles que se estudian en Teosofía, y que,
por supuesto, también son fases de la Vida.
En resumen, el Logos Solar Planetario del plan
evolutivo-Tierra, logró entrar en su planeta físico recién en su 4° encarnación
(o 4° Período-Cadena). Las tres fases anteriores las ocupó en procesos de
descenso vibratorio y fueron invisibles (para lo que sería la vista física
actual), y los tres planetas posteriores (en ascenso) se volverán invisibles
nuevamente al ojo físico (aunque las futuras humanidades que existirán en esos
posteriores planetas estarán adaptadas y verán y percibirán como normal la vida
en esas nuevas esferas planetarias).
Bastará aclarar que existen situaciones de planes de
evolución planetarios, en los cuales el Logos utiliza uno o más satélites para
tomar vida evolutiva, antes de pasar al cuerpo mayor (al planeta mismo). Es por
ello que a veces ocurre que el Fuego Logoico abandona (aunque no del todo) el
planeta, el cual necesita experimentar procesos de reacomodación, y establece
Su Vida en algún satélite planetario. Allí cumple un ciclo mientras el planeta
es acondicionado por grandes Devas Cósmicos para el futuro ingreso del Logos
nuevamente. Esto es lo que ocurrió en vuestro Esquema Evolutivo Terrestre en la
Cadena anterior a la actual. La Luna
fue el sitio de encarnación del Logos durante el 3° Ciclo Catenario (es decir,
la 3° encarnación Logoica). Al finalizar ese ciclo (y después del reposo
praláyico del Logos) éste entro en su nuevo Cuerpo de manifestación: el planeta
físico “Tierra”. Allí está desde aquel tiempo y allí permanecerá hasta el final
del actual 4° Período Catenario.
El Anclaje de Energías que llegan desde el centro de la
Vía Láctea y que pasan a través del sol del sistema solar, llegan al sol
interior de la Tierra, a su Logos, y van logrando la gradual elevación
vibracional necesaria en el proceso de Ascensión hacia el Espíritu Divino
Solar. Gradualmente, el Logos logrará así recuperar su esencia pura al ir
desprendiéndose de las costras materiales.
La Humanidad, como tejido vivo de autoconsciencia y
órgano físico-psíquico del Logos, es de vital importancia en este encumbrado
ascenso. Por eso decimos:
Cada alma humana
es muy importante; cada uno de vosotros sois “tesoros del Logos”; sois sus
hijos y también “los frutos de su propia siembra y evolución”.
Tomad consciencia de
vuestra parte, porque “sois células vivientes del Logos” y chispas del Sol
Central. Sois la esencia y el propósito de toda la Tarea evolutiva cósmica. Así
de importantes sois, como “almas”.
Interpretad
bien nuestros dichos.
En Luz y Paz:
AMANTES DEL COSMOS
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